Conceptos claves.
Porro,
fandango, música tropical, estudios culturales
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Resumen
Un estudio musical sobre el porro y el fandango, su historia y su forma, demuestra que no es cierta la
conclusión de Peter Wade que parece afirmar que el porro es como el fandango, pero con clarinetes.
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Objetivo
Hacer un
análisis crítico de la investigación de Peter Wade sobre el origen mítico del
Porro.
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El Antropólogo
Peter Wade en el año 2000 publica un libro en la Universidad de Chicago
titulado: Music, race, and nation;
tropical music in Colombia [música, raza y nación; música tropical en
Colombia]. Ese trabajo pretende hacer un análisis más social que musical
del fenómeno de la música tropical colombiana, basándose en cerca de 60
entrevistas realizadas a personajes importantes en la música tropical o
allegados a ellos y en la información escrita existente sobre el tema. A
continuación se evaluara y cuestionara el resultado de la investigación en lo concerniente al “origen mítico del porro” el cual es que “el fandango es virtualmente idéntico al porro”. (Peter Wade, 2000/2002
p.78).
Los estudios
culturales suelen verse como una “larga historia de esfuerzos por teorizar y
comprender las determinaciones e interrelaciones mutuas de las formas
culturales y las fuerzas históricas” (Grossberg, Nelson, Treichler, 1992) la manera de estudiar esas interrelaciones
es mediante el estudio juicioso de todos los posibles factores que influyan en las culturas y que nos permitan
dilucidar los fenómenos históricos, culturales y sociales, este estudio
interdisciplinar brinda informaciones que de otra manera serían pasadas por
alto “tal vez los estudios culturales son transdisciplinarios y en ellos cada
investigador toma prestado de otras disciplinas y conforma objetos de estudio
que no son específicos de ninguna de ellas. Es la propuesta de Canclini para
pensar la cultura en América Latina como un proceso de Hibridación”.
(Ochoa, Walde, 1998, abril, p.8)
Por otra parte los fenómenos musicales en
Colombia no han sido tan ampliamente documentados en toda su historia, prueba
de ello es la falta de catálogos de los productos fonográficos de las
compañías productoras más importantes del siglo pasado en Colombia, Sonolux y
Discos Fuentes a diferencia de las compañías estadounidenses, que tienen un
riguroso registro de sus producciones (algunos incluyen el día de publicación
de las obras), no conservan ese registro, de manera que escudriñar la
historia de la música tropical en Colombia es una empresa que exige un acercamiento a las fuentes mismas. En este
caso las costas colombianas donde aún se interpretan las obras antiguas.
Wade,
al investigar las músicas Tropicales colombianas en sentidos extra-musicales
y casi exclusivamente a través de Textos anteriores, se pierde de Mucha información con la cual se
entendería porqué es falso que el porro sea “virtualmente idéntico al
fandango”, debido a que “los estudios culturales, para seguir siendo un
lugar de cuestionamiento de las inercias de las disciplinas, requieren estar
un poco adentro y un poco afuera.” (Ochoa, Walde, 1998, abril, p.9)
Si
hacemos un análisis Musical sobre el porro en comparación con el Fandango,
debemos primero identificar ¿a qué hace alusión Wade cuando se refiere al
Fandango? parecería evidente que no está hablando del Fandango español, a
pesar del conocido origen tri-étnico de las músicas colombianas, puesto
que las diferencias entre éste y el
porro son gigantescas. El porro es un ritmo escrito en compas binario
mientras que según la RAE, el fandango es un “Antiguo baile español, muy común todavía en Andalucía, cantado
con acompañamiento de guitarra, castañuelas y hasta de platillos y violín, a
tres tiempos y con movimiento vivo y apasionado.” (RAE, 22ª ed. 2012). No
obstante la definición de Fandango en Colombia es aún más ambigua pues ésta
se puede entender como una reunión
social con baile, una danza, o una forma musical, no hablemos ya de lo que
significa el “fandanguillo”.
Én este punto la investigación de Wade tiene falencias de nuevo.
Puesto que el fandango como baile fue
tanto en parejas como colectivo,
parafraseando a Harry C.
Davidson: para 1804 se encontraba ya el fandango[1]
firmemente establecido en Colombia el fandango figuraba entre las clases de
bailes que se permitían… esto lo confirma “el duende” quien dice que el
bolero y los fandangos eran como el minúe los bailes de entonces (Davidson,
1970, p. 201) en cuanto al fandango colectivo “giraban las parejas
al compás de una música Criolla formada por instrumentos primitivos como la
tambora o macho, los tamboriles, las gaitas, los guacheros o maracas y la guacharaca. El carángano era una simple
pita bien templada que tenía por caja de resonancia un cajón cualquiera”
(Exbrayat 1939, p. 46) mientras que el
porro, tiene de origen, el baile europeo, los tambores africanos y las
flautas indígenas (más tarde se reemplazarían por clarinetes y otros
instrumentos de banda, siendo los primeros los más característicos). Zapata
Olivella sostenía que el término porro
viene de aporrear, de ahí su característico manoteo monorrítmico en los
tambores.
Podemos concluir entonces que el porro y el fandango (sea el
colombiano o el español) solo parecen coincidir en ser música para el baile.
De manera que afirmar que son “virtualmente idénticos” es una
irresponsabilidad producto de una mirada extra-musical a un fenómeno
principalmente musical.
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Referencias
Ochoa
Ana María, Erna
von der Walde, “¿Qué cultura va a tener?” Un paseo musical y literario pos los
estudios culturales, Revista Nómadas, Universidad central, ed. 8, 1998 abril.
Davidson
Harry C.,
Diccionario folklórico de Colombia
Música, instrumentos y danzas. Tomo 2 y 3, Banco de la república,
Bogota, 1970
Exbrayat
Jaime,
Reminiscencias monterianas, Editorial Esfuerzo, 1939
Grossberg Lawrence, Nelson Cary y Treichler
Paula., Cultural studies [Estudios
Culturales] Nueva York, Routledge, 1992.
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